dissabte, 8 de maig del 2010

La Biblioteca d'Ampli #5 : Meteor Slim: Còmic & Blues

Aprofitant aquest cap de setmana de fusió de dibuixos i notes musicals, ampliem des d'aquest espai la ressenya bluesera que Jaume Vilarrubí ha publicat en el darrer número (el 31) del Butlletí Comic Tecla


El sueño de Meteor Slim
Frantz Duchazeau

Editorial Ponent Mon


En su primera obra en solitario Frantz Duchazeau nos blusea un comic que es una delicia para los sentidos. Al leerlo aún se pueden oír los ecos de los acordes de la música, escondida entre sus páginas oímos una letanía teñida de tristeza y lirismo: es el blues, es la condición humana. Realmente el autor ha conseguido dibujar la música con un estilo del todo personal que resulta un disfrute para nuestros ojos. A mi la tinta ya me huele a Mississippi, a sudor y a licor.

No es la primera aproximación con buen tino y mejores resultados que en los últimos años nos hemos encontrado sobre el tema, recordemos aquellos magníficos tres volúmenes del Bluesman de Rob Vollmar y Pablo Garcia Callejo (Edicions de Ponent), pero Meteor Slim significa una nueva subida de listón.

Nos encontramos como no, con una historia de perdedores. Perdedores que se saben perdedores y perdedores felices e inconscientes, que viven al día disfrutando al segundo pues nadie les puede garantizar que haya un mañana. Son numerosas las leyendas que se erigen alrededor del Delta del Mississippi, y no me cabe duda que en los cruces de caminos hay multitud de aspirantes a pactar con el diablo. Quizás el diablo no exista, o lo que es peor, quizás ya no tenga necesidad de ser.

Recordemos que multitud de esclavos negros fueron expoliados de África para ser explotados en las tierras del sur de los EEUU en grandes latifundios llenos de plantaciones. Diversas generaciones sufrieron las duras condiciones de vida a las que se veían sometidos junto con crueldades de todo tipo. De esta convergencia de deseos, pasiones y lamentos, mezclada con la riqueza de religiones importadas por los ancestros surgió una música aliena al hombre blanco. Más que una religión era un lamento para hacer más llevadera la vida impuesta. De aquí surgió el blues y el jazz…el resto ya es historia.

Nos encontramos en un momento determinante del punto de inflexión más importante, creo yo, de la gestación de la música contemporánea.

En las páginas del libro encontraremos la figura legendaria de Robert Johnson, el guitarrista maldito, que servirá para vehiculizar el camino meteórico de Edward Ray Cochran alias Meteor Slim.

Edward abandonará casa, mujer e hijo para lanzarse a la aventura de tocar blues sin nada más que una vieja guitarra y la aspiración de convertirse en alguien famoso para grabar un disco. Evidentemente en su camino encontrará todo tipo de adversidades que darán al tras con sus planes. Su ímpetu, su tozudez y su pertinaz inconsciencia harán que mude de ciudad continuamente alentado por las noticias de su admirado Robert Johnson. Del fondo de la tristeza y del alcohol saldrá lo mejor de su música. Sus sueños se hará realidad y se romperán con la misma pasmosa facilidad.

Un blues es un blues, y los finales felices son para los cuentos, a pesar de todo Edward acabará en el final del libro prácticamente donde estaba al principio, se cierra el círculo y se acaba la canción.

Como he dicho antes, el autor luce de un estilo personal, cercano en ocasiones al del maravilloso Blutch de la genial Total Jazz: histories musicales (2004 ed. Le Seuil). En un blanco y negro expresionista de contrastes entre pinceladas gruesas y finas, y con abundantes manchas consigue sugerir más que enseñar seduciéndonos completamente con su pluma. Los trazos en ocasiones parecen casuales, parece que hayan caído aquí o allá sin querer, que esto no vaya con ellos, pero en su apreciación global todo tiene sentido. El dibujo encaja con la historia como un guante, con facilidad pasmosa para fluir con naturalidad como cuando se tararea una canción.

Duchazeau ve con esta su segunda obra publicada en España después de Los cinco narradores de Bagdad (Factoria K de libros) con guiones de Fabien Vehlmann y a buén seguro que tendrá ocasión de repetir con este inicio tan brillante.

mmmmmmmmmmm….I’need my little sweet woman, I need my little sweet woman, play the blues, I play the blues for you….every time I sing, everytime you cry, in my dream can hear lover come back to me…gracias!

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