THE EXCITERS. Blowing Up My Mind.
Tercera part de l'article This is Northern Soul, escrit per J. Luis Paz Grajera (Madrid) per a l'AMPLI.
La escena estaba establecida, la gente involucrada en ella demandaban nuevos “descubrimientos”, nuevos sitios donde escucharlos y dejarse llevar en maratonianas sesiones de baile frenético hasta el amanecer, así que sólo era cuestión de encontrar el lugar que reuniera las condiciones adecuadas y tuviera la atmósfera apropiada, la nueva meca, la allnighter que todos empezaban a echar de menos. Hubo unos cuantos locales del norte que vinieron a llenar el vacío dejado por el Wheel, entre ellos el Catacombs, en Wolverhampton –que aunque no celebraba sesiones de toda la noche era un buen sitio para comprar y vender discos y escuchar Soul de importación-, Bletsoe, en Bedforshire, Up The Junction, en Crewe, etc. Lo habitual era que estas allnighters se anunciaran por el boca a boca, no había flyers ni anuncios en revistas, lo cual a veces llevaba a los soulies a peregrinar infructuosamente, recorriendo cientos de kilómetros para descubrir que la sesión de la que se había hablado durante toda la semana había sido cancelada a última hora, o peor aún, había sido un bulo.
En 1972 hubo un lugar que capturó las almas y la imaginación de los aficionados al Soul y se convirtió en su casa espiritual, el Golden Torch, en la zona de Tunstall, Stoke-on-Trent. El Torch, como llegó a ser conocido, celebró su primera allnighter dedicada al Northern Soul el 11 de marzo de 1972. El club, ubicado en lo que había sido un antiguo cine, funcionaba ya desde 1965 ofreciendo actuaciones en directo de grupos que estaban regularmente presentes en las listas de éxitos, aunque no era en absoluto ajeno al Soul, por lo que aseguraba la asistencia de un gran número de mods.
La música negra americana de los años sesenta fue haciéndose cada vez más hueco en el Torch, sobre todo tras la entrada en el equipo de dj’s de un tal Keith Minshull en el año 1969 y el establecimiento de sesiones regulares dedicadas exclusivamente al Soul, habitualmente los viernes. A sugerencia de Minshull, el promotor Chris Burton puso en marcha la primera allnighter sin tenerlas aún todas consigo. Sin embargo, rápidamente se dio cuenta de que aquellos chiflados que acudían a la llamada de Minshull y compañía y hacían interminables colas para entrar en su local y bailar durante toda la noche canciones que él en su vida había escuchado podían representar un buen negocio, y así fue como estableció una periodicidad semanal para tales eventos.
La reputación del Torch se engrandeció en gran medida gracias al espléndido plantel de dj’s con los que contó. Entre ellos destacaba, aparte del propio Minshull, su amigo Colin Diamond. Colin era un ávido coleccionista ya desde la tierna edad de nueve años, y su amor por la música le había llevado a iniciarse como pinchadiscos en los clubes juveniles locales y a visitar con regularidad las tiendas de discos de Stoke-on-Trent, en una de ellas sería donde conocería a Minshull. A los doce años ya tenía muy claro que quería dedicarse profesionalmente a programar música en los clubes, motivo por el cual se cambió su apellido, de Diamond a Curtis, con la intención de que sus profesores no supieran de sus actividades extra escolares. Otros pinchadiscos que contribuyeron a agrandar la leyenda del Torch fueron Alan Day, Martyn Ellis, Ian TNT Turner, Johnny Beggs o el mismísimo Ian Levine. Todos ellos tenían un gran seguimiento a nivel local en sus respectivas ciudades de origen (Burton-on-Trent, Manchester, Blackpool o Wolverhampton), y había una pléyade de fanáticos que les seguían allá donde pincharan, un hecho que fue decisivo para el éxito a nivel nacional de la nueva meca del Soul.
La programación de actuaciones en directo de artistas Soul habitualmente acompañados por sus respectivas bandas, fue lo que llevó definitivamente al Torch a los altares del Northern Soul. Por su escenario desfilaron nombres consagrados y venerados como The Drifters, Fontella Bass, James and Bobby Purify, Junior Walker, Edwin Starr o The Elgins. Sin embargo hubo una actuación en particular que es recordada como la mejor de todas las que allí hubo, el tipo de evento legendario que todo el mundo parece haber presenciado y nadie parece haberse perdido, ese tipo de suceso del que todo el mundo tiene una anécdota que contar: el cantante que grababa para el muy apreciado sello Okeh de Chicago, el mismísimo Major Lance.
MAJOR LANCE. The Beat.
El día 9 de diciembre de 1972, Major Lance apareció en el escenario del Torch y maravilló a todos los allí presentes, una audiencia que superaba en mucho la capacidad de 680 personas que tenía el local. Lance era el tipo de artista reverenciado por los amantes del Northern Soul, algunas de sus canciones se habían convertido en auténticos himnos para la escena, como You Don’t Want Me No More, Ain’t No Soul o Investigate. La excitación y la increíble atmósfera de esa noche tan especial se pueden percibir a través de los surcos del disco en directo que fue grabado ese mismo día para la posteridad, Major Lance Live At The Torch, que apareció en el sello Contempo.
Desgraciadamente, una vez más, los problemas con asuntos de drogas llevaron a las autoridades locales a tomar cartas en el asunto tras una campaña de acoso y derribo por parte de la prensa local contra el local de Tunstall, y a mediados de 1973 le fue retirada la licencia de apertura. El Torch ya era historia.
Fueron grandes en el Torch:
You Don’t Want Me No More de Major Lance
Slices Tomatoes de Just Brothers
A Little Togetherness de The Younghearts
Unsatisfied de Lou Johnson
Just Like the Weather de Nolan Chance
Crackin’ Up Over You de Roy Hamilton
Angel Baby de Darrell Banks
Blowing Up My Mind de The Exciters
I Still Love You de The Superlatives
Investigate de Major Lance
MAJOR LANCE. Investigate.
Tras el cierre del Twisted Wheel e incluso antes de que comenzaran las allnighters en el Torch, ya había un local que mantenía la fe en el norte de Inglaterra, el Highland Room, situado en el edificio Tiffany’s y gestionado por la organización Mecca, en la costera ciudad de Blackpool.
Un dj local, Tony Jebb, acostumbraba a programar música de la Motown, cosas como Tears of A Clown de Smokey Robinson and The Miracles o Heaven Must Sent You de The Elgins. Su compañero en las tareas de pinchadiscos, Stuart Freeman, solía programar cosas más pop, lo que llevó a uno de los asistentes regulares a recomendar la entrada en el equipo residente de Les Cockell, curtido tras los platos del Twisted Wheel. No fue otro que Ian Levine el que propuso a los gerentes del local la participación en las sesiones de su amigo Les, que ya se había beneficiado en el Wheel de los préstamos que éste le había hecho para dar a conocer el material que estaba amasando en sus viajes a los Estados Unidos. Levine, que todavía no pinchaba, era ya por entonces toda una controvertida figura dentro de la escena gracias a sus “préstamos” y a su aportación de material, y prueba de ello es que aparece mencionado y fotografiado en el reportaje que publicó la revista Blues and Soul tras la visita de Dave Godin en agosto de 1971 y que catapultó la reputación del Highland Room, tal como ya lo había hecho con el Twisted Wheel.
La oportunidad de Levine llegó por fin. Les Cockell cayó enfermo y toda la presión para sustituirle recayó en el chico de Blackpool. A pesar de los nervios, Ian salió triunfante de la sesión, y cuando Les se recuperó Ian acordó con él pinchar en sábados alternativos. Tras un tiempo, Ian empezó a sentirse bastante frustrado con la lista de temas que estaba programando Les, considerando que su estilo se estaba suavizando mientras que él apostaba por temas más rápidos. Fue la época en la que se inauguraron las allnighters del Torch, y para el equipo del Highland Room, y sobre todo para Levine, estaba claro que en la competición salían perdiendo.
Chris Burton, el promotor del Golden Torch, quería en su equipo a los mejores dj’s del momento y le hizo una oferta a Tony Jebb que este no pudo rechazar. Cuando las allnighters del Torch adquirieron proporciones míticas, Ian se moría de ganas de formar parte de aquello, así que no se lo pensó dos veces cuando fue requerido para el Torch a instancia de Tony Jebb. Su debut en Stoke no pudo ser más apropiado, se puso tras los platos la misma noche que Major Lance actuaba.
Pero poco después de esa mítica actuación de Lance, el Torch comenzó a ser mirado con lupa por las autoridades locales por sus problemas de drogas y por superar el aforo para el que tenía licencia en repetidas ocasiones. Fue entonces cuando los dj’s empezaron a desertar uno tras otro. Irónicamente, Keith Minshull y Colin Curtis, que eran de Stoke, acabaron trasladando sus cajas repletas de singles de vinilo a Blackpool, lugar de residencia de Ian Levine, mientras que éste pinchaba en Stoke.
Tras la allnighter final del Torch, en la que Levine pinchó junto a Martyn Ellis y Andy Hanley, no había duda de que la escena se había trasladado a Blackpool, donde Curtis y Minshull estaban atrayendo cada sábado a un número creciente de conversos soulies. Ian tuvo que esperar a que Minshull dejara la cabina del Highland Room en verano de 1973 para volver a deleitar a grandes audiencias, formando junto a Curtis una de las más memorables parejas de dj’s que hayan existido, probablemente los más grandes descubridores de Soul raro, con una habilidad y una determinación fuera de lo común a la hora de encontrar los más preciados “tesoros” de la música negra americana.
Aproximadamente, fue en esta época del apogeo del Highland Room cuando comenzó la práctica de “cubrir” los discos. El término “cubrir” (to cover, en inglés) significaba tapar la galleta del single con un nombre inventado, tanto para los intérpretes como para las canciones, aunque también era un juego de palabras en referencia a otro de los significados en inglés de to cover, como es versionar una canción. Esto no se hacía tanto para competir en ventaja con otros disc jockeys como para mantener la exclusividad de un single en cuestión y preservar su valor, evitando copias piratas de mala calidad que podían terminar en las tiendas a un precio irrisorio, robándole al dj y al local una de sus principales bazas. Coleccionistas renombrados, como Simon Soussan, con importantes contactos en los Estados Unidos, eran capaces de seguir el rastro y encontrar virtualmente cualquier disco de Soul, sólo era preciso saber el título de la canción, el artista y el sello que lo editaba, después de tener una copia ésta podía duplicarse y prensarse sin ningún tipo de autorización y venderse por unos meros peniques. Aún así, no podía mantenerse engañado por mucho tiempo a un fanático obseso soulie, y de vez en cuando solía haber ceremonias de “descubrimientos” cuando ya no tenía demasiado sentido seguir cubriendo con un nombre de artista y un título ficticios determinados discos.
Fueron famosos “covers”:
My Heart’s Wide Open de Freddie Jones era en realidad Crazy Baby de los Coasters. Así mismo Good Guys de Edie Walker era You Can’t Tell the Good Guys from the Bad de Patricia Valentine. Double Cookin’ de Checkerboard Squares fue presentada como Strings A Go-Go de Bob Wilson Sounds. Y quizá el más cacareado, I Can’t Help Lovin’ You de Paul Anka se le atribuyó a un tal Johnny Caswell.
Coasters - Crazy Baby | ||
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La escena ya llevaba unos cuantos años desarrollándose, desde las veladas en el Twisted Wheel, pasando por emblemáticos clubes como Catacombs o Va-Va’s, las intermitentes sesiones en el Highland Room, y la explosión del Golden Torch, todo cimentado en los nuevos descubrimientos, nuevos discos antiguos que podían llegar a ser monsters tras unas cuantas pinchadas, una fuente inagotable de material adquirido en viejas tiendas de segunda mano y polvorientas cajas olvidadas en almacenes. ¿Realmente era una fuente inagotable? No pensaron lo mismo Ian Levine y Colin Curtis, para ellos la calidad de los nuevos descubrimientos iba en descenso, y era difícil mantener el altísimo nivel alcanzado y seguir abasteciendo a la escena con el material de los años sesenta del que se estaban proveyendo. Pensaron que la escena tenía que evolucionar, y empezaron a relegar los oldies en favor de un Soul más contemporáneo, más acorde con las tendencias funk y el emergente sonido disco de la época.
La postura de los dj’s de Blackpool Mecca generó el cisma entre la parroquia soulie, ¿era legítimo que hubiera una evolución en el Northern Soul, o por el contrario la escena debía seguir basándose en encontrar oldies perdidos en el tiempo? Ian y Colin apostaron decididamente por la primera opción ganándose no pocas críticas y partiendo, según algunos, la escena en dos. Pero aquellos que estaban descontentos con la “evolución” de su escena pronto encontrarían motivos para mantener la fe.
Fueron grandes en Highland Room:
Hold Back The Night de The Trammps
Turnin’ My Heartbeat Up de The M.V.P.’s
Branded de Robert Knight
Temptation is Calling My Name de Lee David
The Larue de Lara Edmund Jr.
Love Factory de Eloise Laws
Soul Self Satisfaction de Earl Jackson
It Really Hurts Me Girl de The Castairs
Key to My Happiness de The Charades
You Didn’t Say a Word de Patti Austin
THE EXCITERS. Blowing Up My Mind.
L'última part de l'article titulat "Saliendo del underground: WIGAN CASINO", es publicarà properament.
Ei, això sí que és una sèrie de posts!! Congratulacions Misss!!
ResponEliminaY sobre todo a ti J. Luis! Me ha gustado mucho. Lo de tapar las galletas es muy gracioso. Y comprensible, claro.
ResponEliminaMuchas gracias, Miss & J. Luis. Qué buena música, y qué desconocida para casi todos (yo el primero). Se os deben muchas horas de buenas canciones, mucha alegría, muchas posibilidades musictecaris y muchas cervezas.
ResponEliminaMe alegro mucho que os estén gustando los posts, y si sirven para que se descubra esta música mejor que mejor. Un saludo. J. Luis Paz
ResponEliminahttp://www.youtube.com/watch?v=xMRLrf4pNn4
ResponElimina(firmado por el único y genuino 6tsSoundAgent!!!)
;)